Boleada
Cansada de mirar hacia abajo,
cansada de gritar sin ser escuchada
de que mis palabras se atoren a la salida de la garganta
y entonces mis manos suden y se empuñen
hasta hacerse rojas.
Exhausta de que mis lágrimas broten sin una sola palabra,
y de que mis ojos se cierren para no mirar lo que ahí hay.
Intento levantar la cabeza, la mirada, erguirme,
consigo caminar unos pasos derecha.
Algo pegajoso está estorbando mi caminar,
¿Qué será?, es un chicle. Un chicle lleno de mierda.
Necesito una boleada.
Alguien por ahí
Una vez me dijeron que
las canciones por las noches eran más ricas
que a plena luz del día... tenían razón.
También me dijeron que no eran aquellos achaques
un resfriado, era que estaba enamorada en espera
de lo inesperado.
Me dijeron que podía dejar de lado la manera tan absurda
de pensar en ti, lo oculte pero nunca pude.
Quisieron ayudarme a sacarte de mis pensamientos,
pero te tenía enraizado al corazón.
Ahora me siento a las sombras de los lugares
en lo que se frecuentas, en lo que estuviste.
Y al no verte llegar, simplemente sonrío.
las canciones por las noches eran más ricas
que a plena luz del día... tenían razón.
También me dijeron que no eran aquellos achaques
un resfriado, era que estaba enamorada en espera
de lo inesperado.
Me dijeron que podía dejar de lado la manera tan absurda
de pensar en ti, lo oculte pero nunca pude.
Quisieron ayudarme a sacarte de mis pensamientos,
pero te tenía enraizado al corazón.
Ahora me siento a las sombras de los lugares
en lo que se frecuentas, en lo que estuviste.
Y al no verte llegar, simplemente sonrío.
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