La tierra sollosó cuando tu luz se apartó de mi camino, la tierra, mi tierra.
Los campos sembrados comenzaron a dar frutos intensamente, tantos que fue imposible recolectarlos todos y muchos perecieron.
Las calles repletas de imágenes cotidianas comenzaron a despejarse, la calle quedó sola, mi calle.
Entonces la luna salió con todo su explendor a iluminar en la oscuridad, y nadie se tomaba el tiempo de mirarla.
El viento pidió tranquilamente un tiempo, y aquel viento aunque se seguía escuchando era simplemente solitario, mi viento.