Viento-veneno

Por las mañanas, el sol que entra por tu ventana y encandila tu rostro, soy yo mirando desde lejos tu carita despertar.

Cuando sonríes, lloras, cantas, dibujas y sientes el viento en tu rostro, la luz del sol en tus manos, el polvo entre tus dedos y el frío en invierno, soy yo a tu lado en esa alegría, el dolor, el recuerdo, y sólo te abrazo y me quedo a tu lado.

Pero cuando estás ausente, estás distante, intrigante, tajante, indiferente, me ahuyentas; exhalas del más puro veneno que hace que las flores marchiten y el calor ahogue.

Estoy presente en todos los lugares, contigo a cada instante, simplemente me alejas y como el viento se lleva todo, me voy, otra vez.




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